Manuel Córdova, era dueño de unas
chacras en una quebrada del distrito de Imperal, provincia de Cañete, Lima. Pasaron
unos años y gracias a la venta de sus cultivos, junto con su familia, pudo
ahorrar y empezaron a criar vacas, ovejas y cabras. Ahora estaba muy preocupado
porque varias hembras estaban por parir y no tenían un buen corral cerca a su
casa para usarlo como maternidad; el único que había estaba “maldito” porque
cada vez que metía animales en ese corral estos se enfermaban y algunos habían
muerto.
Buscó al veterinario que daba
servicio por esos lugares y le contó su problema. El veterinario le preguntó cuándo
había empezado ese problema, y él se acordó que fue desde que su primo le dio
un torete medio enfermo para que se lo cuide, al cual pusieron en ese corral,
pero que este se agravó y murió allí. Según recordó, murió una madrugada con
mucha calentura y se hinchó y malogró rápido. Cuando él regresó por la tarde ya
lo encontró muerto, fue a avisarle a su primo y lo abrieron para ver si podían
sacar algo de carne pero que esta estaba muy roja, con sangre que también le
salía por atrás y por la nariz y los intestinos también estaban con sangre, por
lo que no sacaron nada y lo cortaron allí mismo para quemarlo mejor por si
acaso.
El veterinario le dijo que no
había nada que hacer con ese corral porque efectivamente se había vuelto “maldito”
y que tuviera mucho cuidado él y su familia porque podrían enfermarse de
gravedad ya que se trataba de un problema grave que persistiría siempre.
Manuel se quedó muy preocupado
por lo que le dijo el veterinario y decidió buscar la opinión de otro
veterinario de la zona para confirmar lo dicho y saber sobre un plan de control
que elimine o reduzca el problema. A usted le tocó ser quien lo ayude.
Alumna: Gabriela Cuesta Ticona